Ya hemos analizado el tema de la curación de heridas con el peróxido de hidrógeno o también conocida como agua oxigenada (el cual desaconsejamos usar). Ahora es el turno de analizar al alcohol como sustancia destinada a limpiar un corte o una herida.
Limpiar una herida con alcohol solía ser una práctica común con la que casi todos hemos crecido.
Sumado a dos corrientes de pensamiento habituales en la familia, algunos integrantes de nuestra familia decían que había que dejar la herida al aire libre para ayudar en el proceso de curación, mientras que otras pensaban que los remedios naturales erán los más seguros y efectivos para tratar las lesiones.
Cualquiera sea el caso, todos solían usar alcohol para desinfectar una herida.
NO HAY QUE USAR ALCOHOL PARA LIMPIAR HERIDAS
Hoy en día sabemos que esto no es tan así. Si alguien sufre un corte o una herida, es mejor no usar alcohol para limpiar el área, ya que puede dañar el tejido y retrasar el proceso de curación.
Aunque el alcohol puede minimizar mucho la actividad bacteriana en el sitio de la lesión, también puede afectar las células sanas de nuestra piel. El alcohol daña las células de la piel provocando inflamación, irritación, picazón y dolor, y vaya que dolía!
Si bien el alcohol se usa comúnmente como desinfectante para fines médicos, principalmente antes de aplicar una inyección por ejemplo. Su uso actualmente está desaconsejado en lo que respecta a la curación de una herida, va a doler mucho y va a afectar a las células sanas.
¿CÓMO LIMPIAR LAS HERIDAS SIN USAR ALCOHOL?
Bueno, la forma correcta de limpiar heridas o cortes y rasguños es limpiarlo con agua corriente y jabón.
Podemos usar jabón antibacteriano si contamos con este, o bien cualquier otro jabón suave.
La idea es enjuague el área durante unos minutos para eliminar la suciedad, las partículas y la sangre (si es que hay).
Después de limpiar con agua, debes secar con una toalla limpia o algodón y luego aplicar alguna crema antibiótica.
Si el corte o la herida son demasiado profundos o si la herida sangra sin parar, pues entonces toca consultar con un médico de inmediato.
Y contrariamente a lo que hacían nuestros abuelos cuando éramos pequeños, se deben evitar los remedios caseros, ya que podrían empeorar la inflamación o incluso favorecer la infección.